Cada vez son más los modelos con algún tipo de electrificación. La tecnología avanza tan rápido que la renta es una solución muy práctica.
Los primeros eléctricos que llegaron a nuestro mercado no tienen absolutamente nada que ver con lo que hoy en día podemos encontrar.
Por ahí de 1999 tuve oportunidad de manejar un GM EV1 que la marca tuvo en México para análisis, pruebas y mostrarlo en algunos eventos; vaya, nunca estuvo disponible para comprarse.
El que fuera el primer auto eléctrico de volumen estaba décadas adelantado quizás no en tanto en tecnología, pero sí en concepto en todos los sentidos.
El GM EV1 se lanzó en 1996 y solo se podía adquirir bajo el concepto de leasing o renta, pues el auto era el mismo tiempo un laboratorio de pruebas de uso, costos, aceptación, viabilidad; en fin, ver si podría ser un buen negocio.
Solo se podía rentar en California y Arizona y era un modelo de negocio completamente diferente.
La misma marca que lo creo decidió dejar de producirlo pues, aunque a los clientes le gustó, para GM era muy costo de producir.
Además, en aquellos años las autonomías eran de 110 km con los GM EV1 de baterías de ácido y plomo y hasta 250 km en las de níquel. Solo se produjeron 1,117 unidades de las cuales prácticamente todas fueron destruidas.
La experiencia permitió a la industria migrar de manera más pausada hacia los vehículos de emisiones más bajas e incluso a los híbridos para reducir los gases de efecto invernadero.
Siempre se puede aprender de aquellas experiencias. Si bien el GM EV1 era un auto fascinante, había que conducirlo con cuidado. Era pesado, consumía la carga de las baterías con un apetito feroz y tardaba siglos en cargarse.
Luego llegó el primer Honda Civic Hybrid con el famoso IMA (Integrated Motor Assist), que podrían considerarse hoy en día una especia de Mild-Hybrid, pues al de gasolina se le sumaba un pequeño motor eléctrico entregaba 20 caballos adicionales.
Nunca el motor eléctrico movía a las ruedas sin tener el de gasolina encendido.
El auto era sumamente eficiente, pero sufría con la orografía de nuestro país: la altitud le cobraba factura al pequeño motor de 1.3l y la batería no era lo suficientemente grande para dar el torque y potencia extra; se consumía muy pronto.
De hecho hice una prueba en una anterior revista en la que fui director, en donde cumplimos 30,00 km en tres meses a un Civic Hybrid y vaya que lo conocimos.
Pronto llegaron más propuestas de otras marcas con cambios importantes en la configuración, motores más potentes, sistemas de frenos regenerativos más eficientes, baterías más capaces.
Y así ha sucedido una y otra vez y cada vez con una mayor rapidez. La electrificación está avanzado a pasos agigantados.
Hoy en día las noticias de llegadas de autos eléctricos a las calles representan un buen porcentaje de la información diaria. Si no, vean a Tesla y Monterrey o a Volkswagen confirmando más y más eléctricos.
Y aquí juega un papel muy interesante el leasing para un auto con electrificación: puede ser una solución muy sensata para quienes estén interesados en subirse a esta boyante tecnología.
Además de que son más autos más costosos, también son modelos que avanzan con mayor rapidez en su actualización y nadie quiere asumir un costo por eso.
La química de las baterías, el software de gestión de la energía entre motor, frenos y baterías se actualizan constantemente y solo basta poner al día la app del auto para tener mejores números de desempeño y consumo.
Un leasing nos permite acceder a lo más actual, sin tener que asumir el costo de que en dos o tres años la tecnología haya avanzado varios km de autonomía.
Estoy seguro que si GM no hubiera ofrecido el leasing para el GM EV1, no se podría haber avanzado con pasos más pausados y firmes hacia la electrificación.
¿Ud qué opina?
@hector_ocampo