No hay nada escrito sobre el futuro de la movilidad; lo que hoy vemos como un gran adelanto es solo una pequeña parte de una industria que avanza a una velocidad inimaginable.
Esta semana tuve oportunidad de estar con BMW en uno de sus eventos anuales en donde muestra a la prensa especializada datos y el camino que va tomando para los próximos años.
Si bien es una gran oportunidad para poder manejar una amplia gama de sus productos, desde un Mini Cooper S con caja manual hasta el primer Rolls Royce eléctrico, pasando por los eléctricos o deportivos de la familia M, este año ha sido un gran escaparate para mostrar los siguientes pasos que BMW está dando en una movilidad libre de emisiones: el hidrógeno.
Si bien hoy en día y en los próximos años la electrificación dictará los esfuerzos inmediatos, el hidrógeno es, de acuerdo con la marca, el futuro más efectivo en distribución, costo y efectividad para independizarnos de las emisiones.
Hace casi 20 años, en el 2005, BMW experimentó con el empleo del hidrógeno en una flotilla de BMW Serie 7, en particular en el 760i con el V12 de 6.0 litros que la marca denominó Hydrogen 7.
En aquellos años, la marca utilizaba el hidrógeno de manera líquida para inyectarlo directamente sobre el motor y utilizando un sistema parecido al de los motores de mezcla homogénea, combinaba el ciclo de los propulsores de gasolina con los diesel para poder obtener consumos superiores a los 20 km/l.
Sin embargo, al final de cuentas, aquella solución, que se miraba espectacular resultó mucho menos eficiente que los sistemas de celdas de hidrógeno.
Hoy en día, después de varios años de investigación y gracias a la colaboración con Toyota, BMW tiene un prototipo que tuve oportunidad de conducir en una BMW X5.
El desempeño, manejo y soluciones de espacio de este nuevo prototipo es infinitamente superior a los primeros conceptos del BMW Hydrogen 7.
El peso, por ejemplo, es similar al de la BMW X5 Plug-in Hybrid y la marca apuesta a que el costo sea similar de los autos eléctricos.
En palabras muy sencillas, BMW utiliza el hidrógeno en forma de gas, lo almacena en unos tanques colocados en el centro de la plataforma del auto, y en un proceso químico descompone el hidrógeno en agua y oxígeno para convertirlo en electricidad, la que manda al motor eléctrico y el auto simplemente se mueve como cualquier EV.
Sin embargo, lo realmente sorprendente es que BMW tiene estudios que proyectan que el uso del hidrógeno en autos y transporte en general haría que el costo de infraestructura fuera hasta 35% inferior en grandes volúmenes comparado con la creación de redes y estaciones de carga.
De hecho, hoy en día se está volviendo cada vez más costoso y casi imposible surtir de electricidad a los autos en las grandes ciudades pues la red está prácticamente topada y hay, incluso, sobre generación de energía eléctrica limpia que simplemente no se puede utilizar porque la red es insuficiente.
Así es que, a largo plazo, el hidrógeno será uno de los recursos más viables; por lo menos es como se ve en este momento, pero ya les diré en unos 20 años cómo van las cosas.