Vivimos en una época donde hay cabida para todo: baterías para autos con 50 años de vida o vehículos de 1,800 caballos
Es la época dorada del automóvil. Vivimos momentos de verdadera gloria y todas girando en torno a la electrificación como fuente inagotable de desarrollos.
Los más valioso, me parece, es que ya la innovación no proviene solamente de algunos países, prácticamente hoy día son varias las marcas y naciones que presentan avances tecnológicos sobresalientes para esta industria.
China, Geely en particular, ha puesto a la batería como un elemento, ahora sí, muy capaz de cumplir con las expectativas globales de durabilidad y eficiencia.
Con 50 años de vida y capacidad de cargarse a full en apenas 17 minutos, la batería de fosfato de hierro de Geely puede durar más de un millón de kilómetros y puede soportar intensos cambios de temperatura.
La popularización de esta batería permitirá que tengamos autos eléctricos más baratos, menos pesados y más fácil y rápidos de cargar.
Pero al mismo tiempo Bugatti ha detenido al mundo con su nuevo superdeportivo, el Bugatti Tourbillon que hace honor a este tipo de complejas, costosas, precisas y únicas piezas de reloj.
El Bugatti Tourbillon es un nuevo capítulo en la era de la marca ya que apuesta por primera vez a una mecánica híbrida de 1,800 pero no con un foco en solo ser rápido, sino en ser único, casi artesanal en sus piezas, desempeño y materiales, dejando de lado la digitalización tan común hoy en día en los autos.
Este momento es único, nunca con extremos tan lejanos pero llenos de desarrollo y tecnología en pro de la movilidad de los próximos años.