El segmento de los sedanes subcompactos es el de mayor volumen de ventas en México y estos ejemplares son dos de los mejores.
Este segmento de sedanes subcompactos es para aquellas personas con necesidades familiares y un presupuesto que vaya desde los 300 hasta los 400 mil pesos aproximadamente. Afortunadamente, ya ofrece autos como el Kia Rio o el Toyota Yaris, completos de pies a cabeza y que especialmente no comprometen, ni seguridad ni calidad por su bajo precio.
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Empezando por la mecánica, tanto el coreano como el japonés se mantienen apegados al estándar de la categoría, dictado por motores de cuatro cilindros con entre 1.4 y 1.6 litros. El Kia echa mano de su bloque de 1.6 litros con 121 hp y una transmisión automática de 6 velocidades en la versión probada, mientras que el Toyota tiene un 1.5 litros calibrado a 105 hp con una caja CVT. Ambos pueden tener cajas manuales como opción, por un menor precio, de cinco velocidades en el Toyota y una atípica de seis en el Kia.
Calidad general, ¿algún triunfador?
Para hablar de la cabina de un coche, se debe mencionar primero siempre a la calidad de ensambles. El Kia hecho en México es el que inspira más confianza por su solidez, aunque el Toyota que viene de Tailandia queda cerca, apenas un peldaño por debajo.
Ya pasando a los materiales en donde la impresión puede ser subjetiva, creemos que el japonés es el más bonito por el detalle de cuero que cruza todo el tablero, aunque el coreano ataca de regreso con plásticos de buena calidad en el tablero y puertas y por el panel laqueado color mate en este último.
Siguiendo con el equipamiento, los dos tienen pantallas táctiles de ocho pulgadas con interfaces Android Auto y Apple CarPlay, pero el Kia tiene mejores gráficos y una respuesta más inmediata al tacto, haciéndolo más amigable al uso mientras se conduce.
Los dos pueden tener equipamiento valioso como la cámara de reversa, llave inteligente con acceso remoto y arranque por botón y aire acondicionado electrónico. Luego, el Rio queda a deber por tener solo dos bolsas de aire y no contar con ESP en la versión L de entrada, razón suficiente para no recomendarla.
El Yaris remata con seis bolsas de aire y control de estabilidad de serie, además de contar con faros de LED y asistentes avanzados de conducción en su versión tope que el Kia Rio no contempla, como el frenado autónomo de emergencia, alerta de abandono involuntario de carril o control crucero inteligente.
Para finalizar con lo que a la cabina respecta, el volumen en el interior y en la cajuela es vital y aquí, es el Yaris el que sale a la cabeza. Aunque el espacio para dos pasajeros atrás es bueno en ambos, el Yaris tiene mejor espacio para hombros y también una cajuela de mayores dimensiones, alcanzando 475 litros por solo 387 en el Rio.
¿Cómo se manejan?
Al mando, lo primero que hay que explicar es que sus motores parecen similares, pero no necesariamente lo son. Esto es porque el Kia y su transmisión automática son más refinados y silenciosos al acelerar, mientras que el Toyota termina siendo más rápido a pesar de que los números de potencia sugieran lo contrario, acelerando a 100 km/h en 14.7 s por 15.1 del coreano, pequeña diferencia.
También la frenada está pareja, porque ambos se detienen desde 100 km/h en menos de 41 metros, quedando el Kia en 40.9 y el Toyota en 40.6 metros.
La calidad de marcha e insonorización son mejores en el Kia, más sofisticada así la suspensión sea más firme, lo que junto con la dirección más pesada también lo hacen el más ágil y preciso.
¿Cuál comprar?
En términos generales, el Kia Rio es el que nos parece más recomendable aunque el análisis es más profundo, porque a alguien que vaya por una versión barata le convendrá más el Toyota que sí tiene 6 bolsas de aire y ESP desde ese rango.
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De las versiones que evaluamos, de 375,900 pesos en el Yaris S Hi CVT y 388,900 en el Kia Rio S Pack, nos quedábamos con el coreano así no tenga asistencias de manejo porque, ya con todas las bolsas de aire necesarias y ESP, triunfan sus cualidades dinámicas, calidad de marcha y superioridad en tecnología.