Volvo abandona los planes de convertirse en una marca de autos 100% eléctricos para el 2030, aunque hace solo unos días reafirmaban sus planes para dejar de producir autos con motor de combustión en cuestión de seis años. De hecho, lo hicieron justo después de haber presentado una actualización para la XC90, que tiene motores de gasolina y parece que seguirá siendo más relevante a nivel de ventas que la EX90, su contraparte eléctrica.
Bajo el nuevo plan, Volvo quiere que el 90 por ciento de sus ventas en 2030 sean de autos eléctrico y que el resto continúen con motores de combustión, acompañados de sistemas híbridos ligeros o enchufables.
Volvo culpó al cambio en las condiciones del mercado, aunque aun están comprometidos con ser 100% eléctricos, solo que quizá lo sean después de lo planeado. En el segundo trimestre del año, solamente un 26% de sus ventas fueron de autos eléctricos, mientras que el 48% vino de PHEVs y el restante es de motores de combustión con sistema mild hybrid.
Volvo todavía dice sí a los eléctricos, pero antes habrá híbridos
Volvo busca tener un portafolio balanceado de autos híbridos que sean un puente a la movilidad eléctrica. Eso no estaba planeado, pero hay incertidumbre desde muchos frentes, ya que el mercado global no termina de aceptar la electrificación y también porque en mercados en los que se redujeron los incentivos gubernamentales, se desplomaron las ventas de inmediato. Es decir, el público no quiere autos eléctricos si no tienen un beneficio económico evidente.
Jim Rowan, CEO de Volvo, dijo que creen que el futuro es eléctrico, aunque otros fabricantes apuestas por tecnologías limpias como el hidrógeno o el combustible sintético. Según ellos, el auto eléctrico provee una experiencia de conducción superior e incrementa la posibilidades de emplear tecnologías avanzadas. Rowan admitió que no habrá una transición lineal como esperaban, sino que los distintos mercados adoptarán la tecnología cada uno a su ritmo.