Sabíamos que la planta de Tesla sonaba poco probable pero, ¿México está para producir más? ¿Llegarán más plantas?
Hubo una época en la que nuestro país tenía una división llamada ProMéxico que se encargaba de traer inversiones.
Evidentemente de la que más conozco es la que buscaba que plantas productoras de autos se instalaran en nuestro país.
En los 2000, mediados, vivimos un boom de llegada de marcas y la producción se ha catapultado.
Lo de la planta de Tesla en Nuevo León sonaba sensato por la urgencia de la marca por expandir y focalizar sus áreas productivas. Tesla estaba vendiendo todo y necesitaba producir más, pero el panorama cambio.
Los eléctricos están inestables (a pesar de que el Model Y es uno de los más vendidos del mundo), en algunos mercados crecen, en otros se comprimen y Tesla no es ajena a ello.
Además, Elon Musk es claramente aliado del candidato Trump quien ha dicho que no permitirá que haya más fugaz de plantas y producción de los Estados Unidos hacia, particularmente México, por lo que confirmar la planta en nuestro país sería jugarle en contra a su candidato.
Ahora bien, ¿podemos tener más plantas en el país? Por supuesto que sí, somos un país con una gran cantidad de proveedores de primera categoría, cientos de tratados de libre comercio y una posición estratégica con uno de los mercados más grandes: Estados Unidos.
¿Las marcas chinas lo harán? Solo si es para vender en el norte del continente y Trump particularmente no los quiere ver ahí.
Las marcas chinas también tienen sobreproducción en su país, por lo que quitar empleo a sus fábricas tampoco lo veo probable.
Así es que, a menos que alguna marca china vea producir algo en particular para nuestro mercado, centro y Sudamérica, imagino solo aumentos de producción de las marcas ya establecidas, como lo acaba de anunciar General Motors sumando un eléctrico más, la Cadillac Optiq, a la línea de Ramos Arizpe.
La buena noticia es que Chevrolet sigue dándonos razones para vivir a los amantes de los autos y ha confirmado los números del Corvette ZR1, el más potente y radical de la historia con un V8, sí, bendito sea, un V8 biturbo de 1,064 caballos.
Vivimos tiempos sumamente interesantes donde cada vez más tendremos convivencia entre tantas propuestas de movilidad, pero que una marca, en estos tiempos, siga trabajando profundamente en motores de combustión y viendo al automóvil con tal pasión y no como un conmutador para ir del punto a al b, por supuesto que hay que celebrarlo.