El mundo cede ante la necesidad de los cambios inevitables para reducir las emisiones contaminantes y los grandes iconos de la deportividad se extinguen de a poco
Hay tanto alrededor de la necesidad de limpiar nuestro planeta que los autos eléctricos han ganado popularidad (entre los gobiernos principalmente) y obligado a las marcas a deshacerse de sus icónicos autos que queman combustible.
Incluso los planes que se han impuesto las propias marcas (o las obligaciones gubernamentales) cambian constantemente.
Lo que antes era un no rotundo a motores de combustión, e incluso las imposiciones de algunos gobiernos comienzan a cambiar, sin embargo, poco a poco comienzan a desparecer de la escena los grandes deportivos.
Dodge dio por terminada la producción de los motores Hellcat y con ello todos los productos que lo montaban.
Pero lo que más duele, definitivamente, es la confirmación de Porsche, quien había garantizado por sobre todas las cosas, que nunca tocaría a su modelo más icónico, el 911, va a añadir hibridación este mismo año.
La marca alemana ha sido de las primeras en reaccionar hacia la electrificación primero agregando modelos plug-in hybrid a una amplia gama de sus autos con un enfoque de alto desempeño.
Y luego con el Taycan dio ejemplo de lo que la electrificación puede hacer en un deportivo, ya sabemos de la Macan eléctrica también, pero que ahora toque el turno al 911, habla de un futuro en el que prácticamente todas las marcas van a entrar a la electrificación, sí o sí.
Cambios inevitables: ¿Será entonces que nos olvidamos de aquellos autos únicos que quedarían?
Yo digo que no. La tecnología evoluciona a una velocidad impresionante e incluso Porsche tiene un proyecto ya funcional de un combustible sintético que no suma CO2 a la atmósfera, por lo que no creo (o mejor dicho, quiero) pensar que no estamos ante el fin de los motores de combustión para siempre.