Hacerse de un vehículo es uno de los procesos, hoy en día, que más trabajo de investigación necesita
El mercado automotriz mexicano siempre ha sido uno de los más complejos por su enorme oferta de marcas y modelos de todo el mundo.
La reciente ola de modelos chinos lo ha complicado todavía más. Incluso para nosotros que todos los días vemos y hablamos de autos, reconocer marcas, modelos y versiones de la oferta china se ha vuelto todo un reto.
Las áreas de ventas de las marcas lo tiene todavía más complicado, con posibles clientes o compradores que creen informados mediante videos en plataformas de redes sociales sobre cuál es la mejor compra.
Los procesos de argumentación para vender un auto, para cualquier marca, se han vuelto indispensables.
Y así como hay una sobre oferta de modelos, lo hay también de información; estamos llenos de creadores de contenido (ahora así les llaman) que pueden gozar de popularidad no por la calidad y conocimiento de su trabajo, sino por el algoritmo de la plataforma.
Por eso es fundamental que la decisión de compra se toma basada en múltiples fuentes de información; no solo un Instagram o un video de YouTube, hay tantas plataformas, programas de radio, páginas de Internet o podcast que, como comprador, tienes la obligación de ver antes de decidir.
También debes tener la capacidad para separar lo bueno de lo malo, lo real del amarillismo; hay mucho muy bueno allá afuera y también bastante muy malo.
Y luego están los siempre confiables amigos o parientes que han tenido ese auto, para rematar con una obligada prueba de manejo.
Lo mejor de todo es que es gratis y solo depende de tus ganas por estar bien informado para que te hagas del auto que realmente cumplirá rus necesidades.
